Las redes estallaron esta semana por un gesto que, aunque duró menos de dos segundos, encendió especulaciones en todo el mundo: Brigitte Macron, esposa del presidente de Francia, fue captada tocando bruscamente el rostro de Emmanuel Macron justo antes de bajar del avión presidencial en Vietnam. Y sí, fue en la escalerita del avión, ese lugar donde siempre hay cámaras listas para captar cualquier detalle.
El video que encendió la polémica
En las imágenes, que se viralizaron en TikTok, Twitter e Instagram, se puede ver a Brigitte levantando la mano hacia el rostro de su esposo, en lo que algunos interpretaron como un manotazo, un empujón, o incluso un “sutil reto”.
¿La realidad? Solo ellos dos la saben con certeza, pero el gesto fue lo suficientemente raro como para que todos comenzaran a preguntarse: ¿peleaban? ¿lo empujó? ¿le estaba acomodando algo?
¿Qué dijeron ellos?
Primero, el Elíseo (la casa de gobierno francesa) negó la autenticidad del video. Pero cuando se volvió imposible de ignorar, lo admitieron y lo minimizaron como una “broma de pareja”.
Macron mismo dijo: “Estábamos bromeando, fue un momento personal. Basta de exagerar todo lo que hacemos”. Básicamente, pidió que no se saquen las cosas de contexto.
¿Por qué generó tanto revuelo?
Porque aunque el gesto haya sido menor, pasó frente a cámaras y en un contexto diplomático. La imagen del presidente de Francia siendo “tocadito” en la cara por su mujer en pleno acto oficial… claramente no pasó desapercibida.
Además, en un mundo hiperconectado donde cualquier gesto se analiza cuadro por cuadro, lo privado ya no es tan privado. Y aunque Brigitte y Emmanuel siempre se han mostrado muy cercanos y cómplices, este momento abrió un debate sobre los límites entre la intimidad y lo público.
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